Jivanmukti y Jivanmukta: La Libertad Última

Jivanmukti es la libertad alcanzada por el Jivanmukta.

Jivanmukti es un concepto central en varias escuelas del hinduismo, especialmente en el Vedanta que representa un estado de liberación en vida. Esta idea va más allá de los aspectos religiosos o rituales, adentrándose en profundas reflexiones filosóficas sobre la naturaleza de la existencia y la libertad espiritual.

Para comprender jivanmukti, primero debemos entender el concepto de moksha o liberación, que es el objetivo final en muchas tradiciones hindúes. Moksha implica la liberación del ciclo de nacimiento y muerte (samsara), alcanzado a través del conocimiento verdadero (vidya) de la realidad última (Brahman). Esta liberación se experimenta mientras se está aún en vida, a diferencia de videhamukti, que ocurre después de la muerte.

Jivanmukta, el liberado en vida del hinduismo.

La senda hacia jivanmukti no es uniforme y puede variar según las distintas escuelas de pensamiento hindú. Sin embargo, hay elementos comunes en muchas de estas sendas. Uno de ellos es el conocimiento discriminativo (viveka) entre lo eterno (nitya) y lo temporal (anitya), y entre el ser (atman) y lo no-ser (anatman). Este conocimiento no es meramente intelectual, sino una realización profunda y vivencial de la unidad con Brahman.

Otra práctica clave es el desapego (vairagya), la capacidad de mantenerse indiferente ante los placeres y dolores del mundo material. Esto no implica una negación de la vida o sus experiencias, sino una comprensión de que la verdadera felicidad y paz no se encuentran en los objetos o experiencias externas.

El control de la mente y los sentidos (dama) y la introspección (svadhyaya) también son fundamentales. A través de la meditación y otras prácticas espirituales, el aspirante a jivanmukta (liberado en vida) aprende a centrar su mente y a reflexionar sobre su verdadera naturaleza. Estas prácticas, junto con la devoción (bhakti) y la acción desinteresada (karma yoga), ayudan en el proceso de auto-transformación.

El jivanmukti es un estado de constante autoconsciencia y contentamiento (santosha). Es importante destacar que el jivanmukti no es un logro en el sentido convencional. No se trata de adquirir algo nuevo, sino de darse cuenta de algo que siempre ha estado presente. Es el reconocimiento de que el atman es eternamente libre y uno con Brahman. En este sentido, jivanmukti es tanto un estado de ser como un proceso de devenir, una realización continua de la verdad última.

El Jivanmukta, o liberado viviente, es una figura paradigmática en la filosofía Vedanta del hinduismo, que ilustra la culminación de un proceso interior profundo, una transformación personal que trasciende las limitaciones impuestas por las identificaciones comunes de la vida cotidiana. Este concepto, lejos de ser una simple abstracción, encarna la realización suprema que puede alcanzar un individuo mientras aún habita en su cuerpo físico.

El término Jivanmukta se compone de dos palabras: ‘jiva‘, que se refiere al alma individual encarnada, y ‘mukta‘, que significa liberado. Por tanto, un Jivanmukta es aquel que, aún estando en el cuerpo, ha trascendido las ataduras del ciclo de nacimiento y muerte (samsara) que, según la doctrina hindú, está alimentado por el karma y la ignorancia (avidya) de nuestra verdadera naturaleza.

¿Qué implica esto en la vida diaria de un Jivanmukta? Pues bien, imagina una existencia en la que todas las acciones se realizan sin el menor atisbo de egoísmo, donde la noción de ‘yo‘ y ‘mío‘ se ha disuelto en la vastedad de una consciencia que se sabe eterna e inmutable. El Jivanmukta actúa en el mundo, pero no es de él; participa en el juego de la vida, pero no está atado a sus resultados. Hay una profunda comprensión de que el verdadero ‘yo‘ no es el cuerpo, la mente o las emociones, sino el atman, el espíritu que es uno con Brahman, la realidad última.

Esta realización no es repentina ni fácil. Se llega a ella después de un proceso de purificación y discernimiento llamado ‘sadhana‘, que a menudo incluye prácticas de yoga, meditación, estudio de las escrituras y servicio desinteresado (seva). El yoga, en este contexto, se entiende como la unión con la divinidad o el ser supremo, y es una herramienta vital en el proceso de autotransformación que conduce a la liberación.

El Jivanmukta vive en un estado que los textos denominan «sahaja samadhi«, una consciencia constante y natural de la realidad última. Esta es una condición de paz inquebrantable, dicha incondicional y amor universal. Desde este estado de gracia, todas las acciones del Jivanmukta son expresiones de la armonía con el todo, y su mera presencia se convierte en una bendición para el entorno.

La vida de un Jivanmukta es la máxima expresión de la filosofía del yoga y el hinduismo, que no se limita a un conjunto de creencias o prácticas rituales. Es una demostración de las posibilidades ilimitadas del espíritu humano. El Jivanmukta personifica la enseñanza de que cada uno de nosotros lleva dentro la semilla de la divinidad, y que la vida es el terreno fértil donde esta semilla puede germinar, crecer y finalmente florecer en la realización de nuestro verdadero ser.

Aunque la libertad está más allá de las palabras y los conceptos, vamos a dar algunas de las características del Jivanmukta:

  • Autorealización: El Jivanmukta ha alcanzado un entendimiento directo y vivencial de su verdadera naturaleza como atman (alma), que es idéntica a Brahman, la realidad última.
  • Desapego: Vive en un estado de vairagya, desapego completo de los placeres sensoriales y las posesiones materiales, entendiendo que la verdadera felicidad es interna y no depende de factores externos.
  • Equilibrio emocional: Exhibe una estabilidad emocional llamada sthitaprajna, permaneciendo ecuánime ante la felicidad y la tristeza, el honor y la deshonra, y otros pares de opuestos.
  • Ausencia de ego: La noción del ego, ‘ahamkara‘, se ha disuelto. El Jivanmukta actúa sin la sensación de ‘yo‘ o ‘mío‘, sin buscar beneficio personal en sus acciones.
  • Visión igualitaria: Ve a todos los seres con igualdad, reconociendo la misma esencia divina en todos, más allá de las diferencias superficiales.
  • Compasión universal: Su realización de la unidad de toda la vida se traduce en un amor y compasión incondicionales hacia todos los seres.
  • Tranquilidad: Disfruta de una paz interna profunda, imperturbable ante las circunstancias externas.
  • Contentamiento: Se caracteriza por santosha, un contentamiento profundo con lo que es, sin anhelar más de lo que la vida presenta en cada momento.
  • Sabiduría: Posee una profunda comprensión de las escrituras y las enseñanzas espirituales, pero su sabiduría proviene de la experiencia directa más que del estudio intelectual.
  • Libertad de karma: Sus acciones no acumulan karma, ya que están libres de intención personal y egoísmo, lo que le libera del ciclo de nacimiento y muerte.
  • Conciencia ininterrumpida: Permanece en un estado de consciencia pura, incluso más allá de la meditación, sin interrupción por el sueño o la inconsciencia.
  • Ausencia de miedo: Al conocer su verdadera naturaleza inmortal, el Jivanmukta está libre de todo temor, incluso del miedo a la muerte.

Estas características son ideales hacia los que muchos aspiran en su camino espiritual y sirven como puntos de referencia para aquellos que buscan la transformación personal a través de las filosofías del hinduismo, incluyendo las diferentes ramas o caminos del yoga.

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