Uno de los conceptos más conocidos del hinduismo (y casi siempre malinterpretado) es el Karma. Cuando hablamos de él, la mayoría de las personas lo expresan y lo entienden, erróneamente, como una especie de justicia cósmica que devuelve el bien o el mal que una persona hace. Esta visión distorsionada es peligrosa porque está completamente desconectada de la realidad.
Son muchas personas con esta percepción las que se preguntan donde está el Karma cuando miran al mundo que les rodea y comprueban que las personas que hacen el bien tienen que enfrentar todo tipo de adversidades y que muchas personas que se dedican a generar sufrimiento parecen llevar una vida llena de placeres y comodidades (Como podría ser el ejemplo de muchos dictadores).
¿Qué es entonces el Karma? Vamos a analizar su significado más simple: «Karma» es una palabra que proviene del sánscrito y que se traduce por «acción«. En términos sencillos, es la ley de causa y efecto. Cada acción (aunque también la no acción) tiene una reacción o consecuencia. Las acciones pueden clasificarse como buenas o malas según sus intenciones y resultados. Las buenas acciones llevan a consecuencias positivas, mientras que las malas acciones llevan a consecuencias negativas.
A primera vista, esto puede parecer algo muy obvio, nada especial, pero detrás del concepto de karma se esconde una profunda enseñanza cuyo objetivo es aprender a vivir de una manera más plena y auténtica, en equilibrio con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
En este artículo vamos a explorar a fondo la riqueza del término «karma» y cómo puede ayudarnos en el camino del autoconocimiento.
Karma Phala
Karma Phala es un concepto muy importante que se traduce literalmente por «frutos de la acción«. Cada acción que realizamos, ya sea física, mental o verbal, deja una huella y genera un resultado. Este resultado, o «fruto», puede ser experimentado inmediatamente o puede manifestarse en un futuro lejano, pero es inevitable. En otras palabras, cada acción tiene una consecuencia, y es esta consecuencia la que experimentamos en nuestras vidas.
Si bien puede ser tentador pensar en el Karma Phala en términos de recompensa y castigo, es esencial comprender que no se trata de un sistema moral impuesto por una deidad externa. Más bien, es una ley natural del universo, similar a la ley de la gravedad. Así como un objeto arrojado al aire eventualmente caerá al suelo debido a la gravedad, del mismo modo, nuestras acciones generarán resultados específicos debido a la ley del karma.
Esto no significa que seamos víctimas pasivas de nuestras acciones pasadas. Aunque ciertas consecuencias pueden ser inevitables debido a acciones anteriores, siempre tenemos la libertad de elegir cómo actuar en el presente. Y esas elecciones presentes también generan su propio Karma Phala, influenciando así el curso de nuestra vida futura. De esta manera, somos co-creadores activos de nuestra realidad, y el Karma Phala actúa como una brújula que nos guía, mostrándonos los resultados de nuestras elecciones.
Comprender el concepto de Karma Phala promueve la autoreflexión y la responsabilidad personal. Al reconocer que somos en última instancia responsables de nuestras acciones y sus consecuencias, se fomenta un sentido de integridad y autoconciencia. Las decisiones ya no se toman a la ligera, ya que se entiende que tienen un impacto en nuestro bienestar y en el mundo que nos rodea.
A nivel práctico, el Karma Phala puede ser visto como un maestro. Si experimentamos dificultades en la vida, en lugar de considerarlo un castigo o mala suerte, podemos verlo como una oportunidad para aprender y crecer. Las situaciones difíciles pueden ser el resultado de acciones pasadas, pero también ofrecen la oportunidad de cultivar virtudes como la paciencia, la perseverancia y la comprensión. De igual manera, las bendiciones y oportunidades que encontramos en la vida son un recordatorio de la bondad inherente y la interconexión de todas las cosas.
Todo lo que hacemos, pensamos o decimos tiene un impacto, y ese impacto hace eco no solo en nuestras vidas sino también en el mundo en general. Esta comprensión nos invita a actuar con compasión, integridad y sabiduría, reconociendo que cada elección es una semilla que plantamos, y eventualmente, ese semilla dará sus frutos.
Tipos de Karma
Dentro del hinduismo se distinguen tres tipos de karma, los cuales vamos a detallar a continuación:
Prarabdha Karma
El Prarabdha Karma es esa porción de karma acumulado que está destinado a manifestarse en nuestra vida presente. Es el «karma activo«, cuyos efectos estamos destinados a experimentar como resultado de nuestras acciones pasadas. Podríamos pensar en ello como una «deuda kármica«.
¿Por qué es relevante conocer este concepto? Porque el Prarabdha Karma es visto como inevitable. Es el conjunto de circunstancias, desafíos, bendiciones y situaciones que enfrentamos en nuestra vida, y se considera que están predestinados debido a nuestras acciones pasadas. Esto incluye el tipo de familia en la que nacemos, nuestra salud, las personas que encontramos, las oportunidades y desafíos que enfrentamos, y más.
Pero, a pesar de que las circunstancias derivadas del Prarabdha Karma pueden ser predestinadas, cómo respondemos a ellas está en nuestras manos. Aquí es donde entra en juego el Agami o Kriyamana Karma, que son las acciones que realizamos en respuesta a las situaciones actuales. Nuestra capacidad para actuar con sabiduría, comprensión y discernimiento puede modificar el curso de nuestra vida, a pesar de las circunstancias predestinadas.
Sanchita Karma
Aunque este término a menudo se relaciona con la reencarnación y las vidas pasadas, podemos interpretarlo de una manera simbólica. Veámoslo como el vasto conjunto de acciones y decisiones que han dejado una marca en el tiempo y que, en su totalidad, dictan las corrientes que determinan el curso de nuestra existencia.
Imaginemos por un momento una vasta biblioteca, el Gran Archivo del Alma. Cada libro, cada página, cada palabra representa una acción, una decisión, un pensamiento que hemos tenido en el «pasado«. Esta biblioteca no se refiere a vidas anteriores en términos literales, sino a un pasado más etéreo: todo aquello que hemos hecho, dicho o pensado en un «antes«, independientemente de cómo definamos ese «antes«. Es el archivo de nuestra historia personal, pero también de nuestros ancestros, de nuestra cultura y de la humanidad en su conjunto.
Sanchita Karma, en este simbolismo, es el contenido total de esta biblioteca. Es la acumulación de todos estos «libros» que, de alguna manera, ejercen una influencia sobre nosotros. Puede ser la sabiduría heredada de nuestros antepasados, las tradiciones y creencias de nuestra cultura, o las lecciones aprendidas de experiencias pasadas. Todas estas «historias» se entrelazan para crear una red de influencias que moldean nuestra percepción, nuestras decisiones y nuestras reacciones ante diferentes situaciones.
Algunos podrían ver este Gran Archivo como un peso, una carga de antiguas responsabilidades y errores que deben ser enfrentados. Sin embargo, también puede verse como un tesoro de sabiduría y experiencia. Si bien es cierto que algunas de estas «historias» pueden traer consigo desafíos o patrones repetitivos que parecen difíciles de romper, también nos pueden brindar lecciones valiosas, insights y una comprensión profunda de quiénes somos.
Lo importante es cómo nos relacionamos con este Sanchita Karma. ¿Estamos dispuestos a «leer» estas historias antiguas, a aprender de ellas, a reconciliarnos con ellas y, finalmente, a elegir conscientemente qué «libros» queremos llevar al «presente«? Si bien no podemos cambiar lo que está escrito, tenemos el poder de decidir qué historias influirán en nuestras decisiones actuales y cuáles serán archivadas para la reflexión y el aprendizaje.
Además, cada día, con cada pensamiento y acción, estamos escribiendo nuevas páginas en este Gran Archivo. Estamos contribuyendo al Sanchita Karma, no solo para nosotros mismos sino también para aquellos que nos rodean y para las generaciones futuras. En este sentido, somos tanto autores como lectores, participando activamente en la creación y interpretación de este vasto legado.
El Sanchita Karma nos recuerda la importancia de la conciencia y la responsabilidad. Somos herederos de nuestro pasado, pero también somos creadores del futuro. A través de la comprensión, la aceptación y la elección consciente, podemos navegar por las aguas de este océano kármico, honrando el pasado y forjando un futuro lleno de propósito y significado.
Krinayama o Agami Karma
El Kriyamana Karma o Agami Karma representa las acciones presentes y las consecuencias que estas generarán en el futuro.
Si imaginamos la vida como una serie continua de elecciones y decisiones, el Kriyamana Karma representa la libertad y responsabilidad que tenemos en cada momento. Es el recordatorio de que, si bien no podemos cambiar el pasado y ciertas circunstancias del presente ya están determinadas, siempre tenemos el poder de elegir cómo actuar ahora. Y esas elecciones, por pequeñas que sean, tienen repercusiones.
Visualicemos nuestra vida como un lienzo en blanco. El Sanchita Karma ha trazado algunas líneas y patrones en este lienzo, representando nuestras acciones acumuladas y sus consecuencias. El Prarabdha Karma es como el diseño que actualmente estamos pintando debido a esas acciones pasadas. Pero el Kriyamana Karma es el pincel que sostenemos en nuestras manos aquí y ahora. Cada trazo que hacemos con este pincel determinará cómo se verá el lienzo en el futuro.
Esta comprensión brinda un profundo sentido de empoderamiento y responsabilidad. No somos meros espectadores pasivos en el teatro de la vida; somos co-creadores activos de nuestro destino. Cada acción, palabra y pensamiento contribuye al flujo de causas y efectos que es el karma.
El Kriyamana Karma nos insta a vivir con conciencia y propósito. Nos recuerda que el futuro no está escrito en piedra y que, mediante nuestras acciones actuales, podemos influir en el curso de nuestra vida. En ese sentido, es una llamada a la acción consciente, a vivir de acuerdo con el dharma (deber moral y ético), y a reconocer que cada momento es una oportunidad para moldear el futuro.
Karma Yoga, el Yoga de la Acción Consciente y Desinteresada
El yoga va mucho más allá de las posturas físicas, es una disciplina espiritual integral que abarca varios caminos hacia la autorrealización. Entre estos caminos está el Karma Yoga, el «Yoga de la Acción» o «Camino del Servicio Desinteresado«. Este camino en particular hace hincapié en la importancia de actuar sin apego a los resultados y servir desinteresadamente por el bienestar de todos. Es una de las tres vías propuestas en el hinduismo para alcanzar Moksha o libertad interior.
El corazón del Karma Yoga reside en la idea de que debemos actuar sin apego a los frutos de nuestra acción. Esto no significa que debamos abandonar nuestras responsabilidades o no esforzarnos en nuestras tareas. Al contrario, debemos a actuar con diligencia, pero sin permitir que nuestro bienestar emocional o mental dependa de los resultados de nuestras acciones.
Actuar sin apego nos libera de las cadenas de la expectativa y la ansiedad. No nos desilusionamos si las cosas no salen como esperamos, ni nos regodeamos en el éxito momentáneo. Esta práctica nos permite mantener una mente equilibrada y centrada, independientemente de las circunstancias externas.
El Karma Yoga no se limita a un contexto religioso o cultural concreto. Sus principios son universales y pueden ser practicados por cualquier persona, independientemente de su origen. He aquí algunas formas de integrar el Karma Yoga en nuestra vida diaria:
- Trabajo consciente: Comprométete en las tareas diarias, ya sean mundanas o significativas, con plena atención y dedicación. Hazlo como si fuera lo más importante en ese momento.
- Servicio desinteresado: Participa en actos de caridad, ofrécete como voluntario en servicios comunitarios o ayuda a los necesitados sin esperar nada a cambio. Tales actos purifican el corazón y la mente.
- Acción recta: Asegúrate de que tus acciones se ajustan a las normas éticas y morales. Evita causar daño a los demás y toma decisiones que reflejen justicia y equidad.
En un mundo dominado por el individualismo y las búsquedas materiales, el Karma Yoga es una acto de revolución . Enseña que la verdadera felicidad no proviene de los logros externos, sino de la satisfacción interior. Realizando acciones desinteresadamente y dedicándolas al bien mayor, podemos encontrar propósito y realización.
En el ámbito profesional, se manifiesta en los líderes que dan prioridad al bienestar de su equipo por encima de las ganancias personales, o en los empleados que trabajan con diligencia no sólo por el sueldo, sino por la pasión y el amor al trabajo. En el aspecto social, quienes dedican su vida a causas sociales, al trabajo humanitario o al servicio de la comunidad encarnan el espíritu del Karma Yoga. Su dedicación desinteresada sirve de inspiración y refuerza la idea de que la verdadera alegría proviene de dar y servir.