¿Qué es Moksha?

Moksha es la liberación espiritual en las tradiciones orientales.

La palabra «Moksha» proviene del sánscrito y puede traducirse como «liberación«. Es el estado de liberación o emancipación del ciclo interminable de nacimiento, muerte y renacimiento, conocido como Samsara. A través de la consecución de Moksha, el alma (Atman) se libera de este ciclo y se une con el absoluto, Brahma.

Pero detrás de toda esta terminología, que suele confundir y dificultar la comprensión, podemos aproximarnos a la comprensión de Moksha de una manera más accesible y práctica.

Objetivo de la Vida Humana

La concepción tradicional hindú sobre la vida humana y sus propósitos está intrínsecamente ligadas al concepto de los ‘Purusharthas‘. Este término sánscrito, que se traduce comúnmente como «los objetivos de la vida humana«. Los Purusharthas están constituidos por cuatro pilares: dharma, artha, kama y moksha. Juntos, representan una guía filosófica y moral para vivir una vida equilibrada, plena y significativa.

Dharma (Deber moral y rectitud)

El Dharma es, quizás, uno de los términos más complejos de la filosofía hindú. Aunque a menudo se traduce como «deber» o «rectitud«, su significado es mucho más profundo. Es una combinación de ética y deber. Es el código moral y ético que cada individuo debe seguir en su vida según su naturaleza, ocupación y etapa de vida. Lo que es Dharma para una persona puede no serlo para otra, ya que se adapta a las circunstancias y responsabilidades individuales. El Dharma actúa como una guía para actuar correctamente y vivir de manera ética, proporcionando un equilibrio entre los otros tres objetivos.

Artha (Prosperidad y éxito material)

Artha hace referencia a la riqueza, la prosperidad y el éxito material. A diferencia de muchas tradiciones religiosas que a menudo desaconsejan la búsqueda de la riqueza, el hinduismo reconoce la importancia de la seguridad económica y la prosperidad en la vida humana. Artha no es solo acumulación de riqueza, sino la habilidad para obtenerla y gestionarla de manera justa y ética. Es el medio a través del cual un individuo puede mantener a su familia, contribuir a la sociedad y también apoyar la realización de sus otros objetivos en la vida, incluido el dharma. Sin embargo, se espera que uno persiga artha sin apegarse excesivamente y sin comprometer su dharma.

Kama (Deseos y placeres)

Kama son los deseos sensuales, emocionales y estéticos de la vida. Esto incluye no solo el placer sexual, sino también otras formas de disfrute y gratificación sensorial, como la música, el arte y la comida. Al igual que con Artha, el hinduismo reconoce la validez y la importancia de disfrutar de los placeres de la vida. Pero la búsqueda de estos placeres no deber ser desenfrenada o irresponsable. Deben buscarse y disfrutarse de una manera que esté en armonía con el dharma y que no perturbe el equilibrio general de la vida.

Moksha (Liberación espiritual)

Finalmente, el objetivo supremo de la vida humana, según el hinduismo, es Moksha. Después de vivir una vida guiada por el dharma, buscando Artha de manera justa y disfrutando de Kama de manera responsable, el objetivo final es liberarse del ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento, conocido como samsara. Moksha es la realización de la verdadera naturaleza del alma y su unión con el Brahman, la realidad suprema.

Estos cuatro objetivos de la vida no son etapas lineales, sino más bien áreas de enfoque que coexisten y se entrelazan a lo largo de la vida de una persona.

Liberación de la Ignorancia

Un componente esencial de moksha es la liberación de la ignorancia, llamada «Avidya«. Esta ignorancia es más que una simple falta de conocimiento; es una forma de malentendido o percepción errónea que oscurece nuestra visión de la realidad y nos mantiene atrapados en un ciclo de sufrimiento y confusión.

Avidya no se refiere a la ignorancia de hechos o información mundana, sino a una forma más profunda de desconexión con la realidad. Es la percepción errónea que nos lleva a identificarnos con nuestro cuerpo, mente y ego, en lugar de con la verdadera esencia de nuestro ser (llamado Atman)

Esta identificación errónea tiene profundas ramificaciones en nuestra experiencia de vida. Nos apegamos a placeres temporales, evitamos el dolor a toda costa y vivimos en un constante estado de deseo y aversión. Esto, a su vez, nos lleva a experimentar el Dukkha, una palabra sánscrita que a menudo se traduce como sufrimiento, pero que es más amplia en su significado, abarcando insatisfacción, dolor, tristeza y vacío.

Experiencia Directa de la Realidad

La realidad, en su forma más pura, se encuentra más allá de las construcciones mentales y las interpretaciones culturales. Es lo que es, sin adornos ni distorsiones. En muchas tradiciones filosóficas y espirituales, se sostiene que nuestra percepción ordinaria de la realidad está velada por prejuicios, deseos, miedos y conceptos aprendidos. Estas capas de distorsión nos impiden ver y experimentar la realidad tal como es, además de añadir sufrimiento e insatisfacción

Mientras que el conocimiento conceptual se basa en definiciones, clasificaciones y distinciones, la experiencia directa trasciende estas limitaciones. Un conocimiento conceptual de la realidad puede compararse con leer sobre un país extranjero, mientras que la experiencia directa es como visitar y vivir en ese país. Por mucho que leamos y aprendamos sobre un lugar, la vivencia inmediata de estar allí es incomparablemente más rica y reveladora.

Diferentes tradiciones ofrecen diversos métodos para despejar las distorsiones y acceder a una experiencia directa de la realidad. Estos métodos pueden incluir:

  • Meditación: A través de prácticas meditativas, uno puede calmar la mente y reducir el ruido de pensamientos distractivos, permitiendo que surja una percepción más clara de la realidad.
  • Prácticas contemplativas: Estas prácticas involucran una reflexión profunda y sostenida sobre un tema o concepto, llevando a la persona más allá del mero entendimiento intelectual.
  • Rituales y ceremonias: En algunas tradiciones, los rituales actúan como puertas hacia estados alterados de conciencia donde la realidad puede ser experimentada de manera más directa.
  • Experiencias cumbre: Descritas por el psicólogo Abraham Maslow, estas son experiencias espontáneas donde los individuos sienten una conexión profunda y unificada con el universo, trascendiendo su sentido ordinario de sí mismos.

El camino hacia la experiencia directa de la realidad no está exento de obstáculos. Estos pueden incluir apegos, distracciones, prejuicios arraigados y el escepticismo del intelecto. Sin embargo, con perseverancia y práctica, es posible superar estos obstáculos y acceder a una comprensión más profunda y directa de la realidad.

Esta experiencia no es simplemente un conocimiento adicional; es transformadora por naturaleza. Aquellos que han tenido estas vivencias a menudo hablan de una profunda sensación de paz, un sentido expandido de sí mismos y una comprensión intuitiva de la interconexión de todas las cosas. Esta transformación puede manifestarse en la vida cotidiana como un aumento de la empatía, una disminución de la ansiedad y un sentido más profundo de propósito.

Unión con la Vida

Moksha también puede ser entendido como una profunda unión con la vida. Esta perspectiva arroja una luz renovada sobre la naturaleza de la liberación y lo que significa estar verdaderamente «libre».

La vida suele ser vista en términos de dualidades: bien y mal, placer y dolor, ganancia y pérdida. Estamos constantemente atrapados en el juego de juzgar y evaluar, lo que nos aleja de una experiencia directa de la vida tal como es. Moksha, en su dimensión de unión con la vida, significa trascender estas dualidades y ver la existencia desde una perspectiva no dual, donde todo es aceptado y valorado como parte de la infinita riqueza de la realidad.

Para experimenta esta unión con la vida es necesario estar plenamente presente. En lugar de quedar atrapados en los remordimientos del pasado o las ansiedades del futuro, Moksha nos invita a sumergirnos completamente en el aquí y ahora. Es en este estado de presencia donde realmente comenzamos a sentir la vida fluyendo a través de nosotros y donde nos convertimos en uno con ese flujo.

También significa aceptar la naturaleza impermanente de la vida. Todo en la existencia está en constante cambio y evolución. En lugar de resistir este hecho o temerlo, Moksha implica abrazar la impermanencia, a verla no como una amenaza, sino como la danza eterna de la creación y la disolución.

Estar unidos con la vida no significa renunciar a la acción o volverse pasivos. Al contrario, significa actuar con pasión y propósito, pero sin el peso del apego a los resultados. Es la enseñanza central del Bhagavad Gita: realizar nuestro dharma, o deber sagrado, mientras mantenemos una distancia interna de los frutos de nuestras acciones. Al sentirnos uno con la vida, comenzamos a reconocer la esencia divina en todo y en todos. Cada persona, animal y objeto se convierte en una manifestación de lo divino. Este reconocimiento lleva a un profundo sentido de reverencia y asombro hacia la creación y fomenta la compasión y la empatía hacia todos los seres.

A menudo, buscamos la felicidad en partes específicas de nuestra vida, ignorando o resistiendo otras partes. Sin embargo, al unirnos con la vida en su totalidad, encontramos una felicidad que no depende de circunstancias específicas. Es una alegría que surge de simplemente ser y de reconocer la belleza inherente en cada momento.

Moksha como Estado de Paz y Felicidad

Más allá de la liberación trascendental, Moksha también es un estado de felicidad y paz inmutables. Es la culminación del viaje espiritual, donde el ser humano experimenta la dicha suprema, libre de sufrimientos y ataduras.

Nuestra comprensión cotidiana de la felicidad suele estar ligada a circunstancias externas: logros, relaciones, bienes materiales, entre otros. Sin embargo, esta felicidad es efímera, sujeta a cambios y a la dualidad del placer y el dolor. En contraste, la felicidad en el estado de Moksha es intrínseca y no depende de factores externos. Es la dicha que surge de la conexión con la verdadera naturaleza del ser, más allá de las vicisitudes de la vida.

La paz que acompaña a Moksha no es simplemente la ausencia de conflicto o perturbación. Es una serenidad profunda que, como menciona la tradición cristiana, «trasciende todo entendimiento«. Es un estado de equilibrio interno, donde el individuo está en armonía consigo mismo y con lo que le rodea, sin deseos insatisfechos o miedos que perturben su mente.

Uno de los elementos clave en la realización de Moksha es la disolución del ego, esa entidad que consideramos nuestro «yo«. El ego, con sus deseos, miedos, orgullos y prejuicios, es la principal barrera que nos separa de experimentar la felicidad y paz de Moksha. Al transcender el ego, uno se fusiona con la consciencia universal, experimentando la unidad con todo lo que existe.

En el estado de Moksha, el ciclo de Dukkha, esa sensación de insatisfacción y sufrimiento inherente a la existencia humana, llega a su fin. Ya no hay ansias, deseos ardientes o aversiones que atormenten la mente. En su lugar, hay una aceptación total de la realidad tal como es, una entrega a la corriente de la vida.

Caminos para alcanzar Moksha

Dentro del hinduismo existen 3 vías principales para alcanzar la libertad interior, aunque posteriormente se añadió un cuarto camino espiritual.

  • Jnana Yoga (el camino del conocimiento): A través del estudio, la meditación y la introspección, uno busca la comprensión de la verdadera naturaleza del Atman y cómo es diferente del cuerpo y la mente. Al comprender esto, uno puede trascender el ego y las ilusiones del mundo material.
  • Bhakti Yoga (el camino de la devoción): Se basa en la devoción y el amor hacia una deidad o representación divina. A través de rituales, cánticos y plegarias, el devoto busca una conexión emocional con lo divino, llevándolo a un estado de gracia y, finalmente, a la liberación.
  • Karma Yoga (el camino de la acción desinteresada): Aquí, uno actúa sin deseo de recompensa o reconocimiento. Al realizar acciones de manera desinteresada, uno purifica el alma y se acerca a Moksha.
  • Raja Yoga (el camino de la meditación): Mediante la meditación y la disciplina mental, uno busca controlar y eventualmente silenciar la mente, lo que permite una percepción clara de la realidad y del Atman.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio